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¿Dónde está el corrector?

Condimentar pasta con persona negra molida [freshly ground black people].

Un error. Una palabra. Un dolor de cabeza y varios miles de dólares para la editorial Penguin Australia.

Ese y otros casos de gazapos impresos aparecen en la nota «“La acusación pedía un año de cáncer”:  10 razones por las que necesitamos correctores», publicada hoy por El Confidencial.

Fuente de la imagen: El Confidencial

Fuente de la imagen: El Confidencial

Algunos gazapos de mi colección:

Boletin oficial-fue con tilde

sino-Filmus-La Nacion

inauguracion zona I

reina-verbo

utensillos

dentrifico

hola de suicidios

A veces los errores de tipeo pasan inadvertidos ante la mirada del corrector. Sin embargo, muchas veces los errores que llegan a imprenta se deben a la ausencia de correctores. Para ajustar el presupuesto, se prescinde de estos profesionales y se adjudica el trabajo de revisión y corrección a los propios redactores, a los traductores, a los editores.

Re-ver: ver con nuevos ojos. Una nueva mirada es necesaria. Hasta al mejor cazador se le escapa la liebre; hasta al mejor escritor se le escapan errores.

El Principito: numerología y error de traducción

Los traductores y los correctores a veces modifican el contenido del texto sobre el que están trabajando. Esta atribución no es de su incumbencia, para eso están los editores de contenido.

Marta Macho Stadler nos cuenta en su artículo “Las matemáticas de la literatura” que  un traductor al español de «El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) modificó el original para corregir una supuesta errata (el tema fue tratado en un artículo del blog emulenews). El fragmento en cuestión pertenece al diálogo entre un hombre de negocios (del cuarto planeta) y el principito. Allí, en el original en francés, el hombre de negocios hace las siguientes sumas:

 3+2 = 5, 5+7 = 12, 12+3 = 15, 15+7 = 22, 22+6 = 28, 26+5 = 31

En una de las versiones en español, el traductor interpretó la última suma como errata y la cambió por 28+3 = 31. Hay tres razones para afirmar que el error es del traductor. Primero, el traductor, para asegurarse de que se trataba de una errata (error de imprenta), debería haber consultado otras ediciones del original en francés. En el caso de El Principito no se trata de una errata y no hay motivo para que el traductor haya modificado el original. En segundo lugar, el traductor no tuvo en cuenta el contexto en el que aparece el ‘error’: el hombre de negocios se queja de la intromisión del principito porque lo desconcentra de sus cuentas. En tercer lugar, Saint-Exupéry era un experto en matemáticas y «El Principito» está lleno de simbolismo matemático.

Aquí, el diálogo [el resaltado es mío]:

El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito.

– ¡Buenos días! -le dijo éste-. Su cigarro se ha apagado.

-Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días!

Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.

-¿Quinientos millones de qué?

– ¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de… ya no sé… ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete…

– ¿Quinientos millones de qué? -volvió a preguntar el principito, que nunca en su vida había renunciado a una pregunta una vez que la había formulado.

El hombre de negocios levantó la cabeza:

-Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres veces. La primera, hace veintidós años, fue por un abejorro que había caído aquí de Dios sabe dónde. Hacía un ruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio. Y la tercera vez… ¡la tercera vez es ésta! Decía, pues, quinientos un millones…

– ¿Millones de qué?

El PrincipitoUna curiosidad:

El hombre de negocios hace 54 años que habita el planeta. Por reducción teosófica, 5+4=9

El hombre de negocios dice «Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno». Por reducción teosófica, 501.622.731 da 27, el número de capítulos de la obra:

5+0+1+6+2+2+7+3+1=27

Además si reducimos 27 a un solo dígito, nos queda 9.

Como comentario al margen, agrego que la traducción del título, Le Petit Prince en el original, también ha sido criticada. En “Saint-Exupéry. La vida como escritura”, Pedro Sorela sostiene que «No es El principito, cursi título que se impuso desde Argentina con la boba creencia de que el de los niños es un mundo en diminutivo, sino El pequeño príncipe».

Para un análisis del simbolismo matemático de El Principito, ver «Saint-Exupéry: ‘Pic de la Mirandole’ du XX siècle» (en francés) de Michel Brethenoux.

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